Las espinacas están compuestas en su mayoría por agua. Su contenido de hidratos de carbono y grasas es muy bajo y aunque tampoco tiene una cantidad muy alta de proteínas, es uno de los vegetales más ricos en este nutriente.
Su contenido en fibra, al igual que ocurre con la gran mayoría de las verduras, es considerable, lo que resulta beneficioso para la salud. Además, posee una riqueza en vitaminas y minerales que sobrepasa a la de la mayoría.
En relación con su riqueza vitamínica, las espinacas presentan cantidades elevadas de provitamina A y de vitaminas C y E, todas ellas de acción antioxidante. Asimismo es muy buena fuente de vitaminas del grupo B como folatos, B2, B6 y, en menor proporción, también se encuentran B3 y B1.
Asimismo, las espinacas evitan considerablemente las úlceras gástricas ya que aumentan la resistencia del revestimiento del tracto digestivo.
Por otro lado, las espinacas cuentan con componentes como el potasio, el flato y antioxidantes varios que proporcionan beneficios neurológicos, lo cual ayuda a prevenir enfermedades como el alzheimer.
¡No hemos acabado aún! Las espinacas, cuenta también con beta caroteno, luteína y xanteno, componentes que son muy beneficiosos para nuestra vista y para prevenir la aparición de enfermedades oculares.
Y muchísimos aportes más que nos ofrecen estos vegetales como son: la regulación de la presión arterial, combate algunos cánceres como los de vejiga, próstata, hígado y pulmón, así como actuar de antiinflamatorio, fortalecedor de músculos y huesos y un poderoso protector cutáneo.
Ahora entiendo por qué Popeye las comía tanto.